viernes, 3 de diciembre de 2010

El dolor y la impotencia de un padre

En el caso de los supuestos malos tratos de un hombre, ex guardia civil, para más señas, hacia unos niños de entre 3 y 7 años en Tacoronte, me ha estremecido, siempre por la parte de madre que me toca pero en este caso más aún porque este hombre está en la calle, en la calle de al lado, sin medidas judiciales para proteger a estos niños que siguen viéndolo prácticamente a diario.

El juez consideró que no había pruebas suficientes para inculparlo y después de 3 días en el calabozo y con los testimonios de los pequeños en su poder lo dejo en la calle sin fianza.

Dudo mucho que un niño de 3, 5 o 7 años se invente cosas como las que los pequeños decían de este tipo.

El hombre en cuestión tiene 40 años y hace 5 fue retirado del cuerpo de la benemérita por problemas psicológicos que le impedían desarrollar su trabajo.

Pude hablar con el padre de uno de los niños sometidos supuestamente a vejaciones y su testimonio era desgarrador: no quiso hacerlo público por miedo a que no pudieran demostrarlo y quedara en libertad y su hijo, de 5 años, sufriera después consecuencias. El hombre, llamémosle Luis, tenía toda su razón, y ahora se encuentra en su barrio con un vecino que ha sometido a vejaciones a su niño de 5 años y al que por más que quiera partirle la cara no puede porque al final el malo es otro. Que injusto joder